Consejo #3: Robar sin culpa.

Muchas veces hemos escuchado que la gente adquiere destrezas siguiendo sus “instintos naturales”. Suena bien, pero es una falacia. Toda mejora tiene que ver con asimilar y aplicar nueva información. La mejor fuente de información la proporcionan quienes más saben de una u otra materia. Así que si vas a robar a alguien que sea a ellos.

Este tipo de robo cuenta con una larga tradición en diversas actividades o disciplinas. El Yôga se roba de la naturaleza posiciones, el propio Kung Fu roba los movimientos de los animales. Steve Jobs robó la idea del ratón del ordenador y los menús desplegables del Centro de Investigación Palo Alto, de Xerox.
Bruce Lee y sus fundamentos se basan en el Wing Chun y el Taoismo. Muchas de sus técnicas como el Inch punch fueron “robadas” de Ip Man. Sus desplazamientos de Muhammad Alí y del deporte esgrima.
Los Beatles robaron sus gritos agudos de su ídolo Little Richard, y asi hay muchos ejemplos más.
Como dijo Pablo Piccaso (que tampoco se quedaba corto con el arte del robo): “los buenos artistas toman prestado; los grandes roban”.

Mi consejo es que tenés que robar como loco. Fijarte en artistas que sean mejores que vos y mirar si podés tomar algo de lo que ellos tienen. Luego hacerlo tuyo, ponerle tu impronta. De adentro hacia afuera.
“Robar” ayuda a arrojar luz sobre patrones misteriosos del talento, por ejemplo, ¿por qué los miembros más jóvenes de algunas familias musicales son los que tienen más talento? La respuesta está en parte en el fenómeno parabrisas (consejo #1), y en parte a causa del robo. A medida que crecen los hermanos menores tienen acceso a buena información. Disponen de más oportunidades para ver actuar a sus hermanos mayores, para imitarlos, para ver que funciona y qué no. En otras palabras para robar.

Lo mismo sucede en la academia. Cada vez los alumnos aprenden más rápido y el nivel de nuestra escuela sube exponencialmente. En este momento un estudiante básico hace lo que unos años antes un estudiante medio-avanzado podía anhelar. Estamos completamente orgullosos de nuestro solido progreso, que al mismo tiempo se desarrolla en un ambiente de total diversión y sin competencia tonta. Si mi compañero mejora, automáticamente yo mejoraré. Mi compañero es un espejo que resalta mis puntos débiles y me brinda la oportunidad de examinarme para seguir mejorando, y a la vez de inspirarme al “robarle” habilidades.

Cuando robes, concéntrate en aspectos concretos, no en impresiones generales. Capta y asimila hechos específicos como por ejemplo el ángulo que adopta el codo antes de un movimiento, el giro de muñeca, la forma y la tensión precisa, la duración de la pausa, en que músculo parte el movimiento y pregúntate:

1- ¿Cuáles son, exactamente los movimientos fundamentales?
2- ¿en qué se diferencian esos movimientos de los míos?
Sifu Galo Villanueva, cofundador de WT KUNG FU y director de la Academia de Recoleta.

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